Planta herbácea perenne con tallos hasta de 30 a 60 cm, persistentes, erectos o tendidos, con cicatrices foliares. Hojas simples, digitadas, con tres lóbulos ovados, con el borde dentado-espinoso, alternas, pecioladas, envainadoras, coriáceas, glabras, de color verde obscuro. La inflorescencia es densa, ramificada, terminal, con brácteas elípticas. Las flores son regulares, de unos 5 o 6 cm de diámetro, de color verde claro, colgantes. El cáliz está formado por 5 sépalos grandes, cordados, planos, patentes, de aspecto petaloide, persistentes. La corola está formada por 8-12 piezas reducidas a nectarios tubulosos, marcadamente más cortos y pequeños que los sépalos. Tiene entre 5 y 7 carpelos soldados sólo en la base. El fruto es un polifolículo con numerosas semillas, coriáceo, con el estilo persistente.
HÁBITAT Y DISTRIBUCIÓN :Vive en claros del bosque, orlas, barrancos, ramblas y gleras en zonas sombreadas y con cierta humedad edáfica, principalmente sobre sustratos calizos. Es un endemismo del mediterráneo occidental, natural de las islas de Córcega, donde es muy abundante, y Cerdeña, más localizado.
FLORACIÓN Y FRUCTIFICACIÓN :Florece en invierno, desde principios de año hasta abril, aunque los frutos siguen madurando hasta el verano cuando los folículos se abren y las semillas caen al pie de las plantas, por gravedad. Las semillas germinan con gran facilidad en la primavera siguiente.
CURIOSIDADES :Hoy en #UnaVentanaAlBotanic, os mostramos una planta muy interesante en jardinería debido a su floración invernal, muy prolongada en el tiempo, y a su bonito follaje perenne. Además, es sencilla de propagar por la fácil germinación de las semillas. En los jardines crece bien en zonas soleadas o de sombra parcial, con suelos húmedos, bien drenados y ricos en materia orgánica. Es muy resistente a las heladas, llegando a soportar temperaturas hasta de -15 C.
Los insectos polinizadores son atraídos por el néctar que producen los nectarios que rodean a los estambres. Las semillas del eléboro son gruesas y pesadas, por lo que caen al pie de la planta, pero presentan un eleosoma rico en aceites que atrae a las hormigas, las cuales contribuyen a su dispersión.
Como todos los eléboros, y muchas ranunculáceas, toda la planta es muy tóxica por producir compuestos cardiotónicos y con acción purgantes drástica, especialmente en las semillas.
El nombre del género procede de la denominación helléboros con la que los griegos se referían a especies parecidas. El epíteto de la subespecie hace referencia a su descubrimiento en Córcega, de donde se consideró exclusiva.
Esta subespecie está emparentada con Helleborus lividus Curtis subsp. lividus, endemismo de Mallorca y Cabrera, que tienen el margen de las hojas entero o casi y tonos purpúreos en el envés de las hojas y en las flores.