Trepadora caducifolia de crecimiento rápido que puede alcanzar los 20 m de altura, siempre que la superficie de anclaje lo permita. Presenta unos tallos muy finos de los que salen sus hojas en posición alterna. Estas hojas tienen formas variadas dependiendo de la época de crecimiento, las tempranas están formadas por tres folíolos, en cambio, cuando la planta madura se vuelven trilobuladas. Además, son glabras y brillantes en los haces con unos márgenes fuertemente dentados y una nerviación muy marcada. En cuanto a la sujeción, la planta utiliza los zarcillos, estos son órganos vegetales, el origen de los cuales son hojas modificadas, que ayudan a las plantas trepadoras a sostener su estructura creciente. En el género Parthenocissus, estos zarcillos presentan unas ventosas a los extremos para sujetarse a la superficie. Las flores, pequeñas, de color verde-amarillo y agrupadas en panículas terminales, son poco relevantes. El fruto es una baya de color azul oscuro, de unos 5.10 mm de diámetro.
HÁBITAT Y DISTRIBUCIÓN :La parra de Virginia es nativa de Asia, concretamente de la zona este (Japón, Corea, Sur-Este de China)
FLORACIÓN Y FRUCTIFICACIÓN :La floración aparece a principios del verano, mientras que el fruto aparece en el otoño y permanece mucho tiempo en la planta.
CONSERVACIÓN :No presenta ningún problema de conservación y no se encuentra amenazada. Aunque se cultiva de forma ornamental en todo el mundo, no hay constancia de que sea invasora.
CURIOSIDADES :Los colores rojos purpurados que adquieren sus hojas en el otoño sumado a su rusticidad y rápido crecimiento, han convertido a la parra virgen en una de las trepadoras más queridas en jardinería ornamental para cubrir paredes y muros. Además, sus ventosas secretan carbonato de calcio para adherirse a la superficie sin dañarla, por eso también es conocida como enamorada del muro.
Su nombre genérico proviene de los términos griegos, parthenos (virgen) i kissos (hiedra), mientras que el epíteto específico “tricuspidata” hace referencia a la forma trilobulada de sus hojas.
Por otra part, su savia se consume como edulcorante, mientras que las bayas, aunque se trate de un tipo de parra, son tóxicas ya que contienen ácido oxálico. En su lugar de origen se utilizan sus hojas en medicina tradicional por su actividad antioxidante, citotóxica y antimicrobiana.
CULTIVO EN EL JARDÍN :Una especie muy resistente que es capaz de soportar temperaturas tanto altas como bajas (-15ºC). Crece adecuadamente en entornos frescos y húmedos, y puede ser plantada tanto al sol como en sombra, aunque cuando más iluminación tenga más notable será la variación de colores de sus hojas. Tiene preferencia en por suelos drenados y con abundante materia orgánica. Se puede producir fácilmente por esquejes maduros a finales del verano.